sábado, 11 de octubre de 2014

Rafael lasso de la Vega

Tiempo y Espacio vol.22 no.57 Caracas jun. 2012

 

Monseñor Rafael Lasso de la Vega, obispo de la Diócesis de Mérida de Maracaibo y su adhesión a la independencia de Venezuela
Alexander Olivares
Instituto Pedagógico de Caracas. Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” olialex05@hotmail.com 

Biografía de Rafael Laso de la Vega
El Doctor Don Hilario José Rafael Lasso de la Vega y de la Rosa Lombardo, el Obispo Lasso o Lazo. Nace el 21 de octubre de 1764, proveniente de una distinguida familia en el Istmo de Panamá. Su madre Doña Estefanía de la Rosa Lombardo, y su padre Don Nicolás Feliciano Lasso de la Vega, quien poseía el grado de Capitán de las Milicias Reales. Señala Fernández (1994):
Desciende de Emperadores, Marqueses y poetas y, cuenta entre sus parientes, Cardenales, Obispos y Canónigos. Familiares suyos sirvieron fielmente al gobierno colonial en calidad de Corregidores, Gobernadores y otros puestos de confianza en México, Chile, Perú, Nuevo Reino de Granada y Panamá, después de haber servido algunos de ellos a la dinastía española en Flandes. Entre sus ilustres consanguíneos están un Cardenal de Inocencio VI, Juan de Lasso; un obispo de Cuba, Fray Juan Lasso de la Vega; y el famoso escritor peruano, el Inca Garcilazo de la Vega (p. 140).
El 26 de Octubre de 1764, a los cinco días de nacido, recibió el sacramento del Bautismo de manos de su propio tío, el Pbro. Lic. Pedro José Lombardo. Padrinos del sacramento fueron: el Capitán Agustín Núñez del Arco y Juana Josefa Joaquina Lombardo. Su educación no pudo comenzar tan pronto como lo hubieran deseado sus padres por haberse mantenido en estado de completa mudez hasta la edad de quince años, y ya desesperaban porque adquiriese el uso de la palabra cuando el adolescente, irritado, cierto día, por un hermano menor que lo fastidiaba le reclamo violento: déjame por Dios, adquiriendo así de repente el uso del lenguaje articulado. Probablemente a causa de esta contingencia, le quedó por el resto de su vida una manifiesta dificultad para pronunciar con claridad las palabras que incluían la “r” Labastida, R. (1958).
Se educo en el ambiente de señorío y en las virtudes cristianas de sus progenitores, su familia le envía a estudiar en el Seminario conciliar de la ciudad de Panamá. A los dieciocho años de edad sale para el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Santa Fe de Bogotá. En ese colegio obtiene su doctorado en filosofía, teología y cánones, y además recibe título en Sagrada Teología y Derecho Canónico, de mano de los dominicos que regentaban aquella institución. González, H. (1997). Ya graduado, pasa a dictar las cátedras de latinidad, sintaxis y prosodia en ese mismo colegio.
 Su Excelencia, Monseñor Lasso de la Vega es ordenado como Presbítero en Bogotá el 7 de abril de 1792, a los casi 28 años, por el Metropolitano de santafereño Don Baltasar Jaime Martínez Compañón, y en consonancia con esa condición va a ejercer en la parroquia de Funza por trece años, en las inmediaciones de la ciudad de Santa Fe de Bogotá. En 1804 obtiene la Canonjía Doctoral de la Catedral de Santa Fe, obtenida por estricto concurso de oposición, cargo que ejerce durante seis años, en el cual ostento cualidades de predicador piadoso y convincente, aunque no de eximio orador.

Lasso de la Vega fue un defensor apasionado de la causa realista, en sus inicios, al punto de exigir a separarse de la Iglesia a todos aquellos sacerdotes republicanos. Después del triunfo de la causa independentista, fue cambiando de parecer, poco a poco, hasta que se convirtió en un patriota. En 1821, fija su posición en un documento público titulado "Conducta del Obispo de Mérida". (p.130). Desde ese momento fue un patriota decidido llegando a mantener una amistad muy sincera con el Libertador y siendo emisario de éste ante la Sede Apostólica. En otras palabras, Lasso de la Vega, coloca su deber pastoral por encima de sus propias convicciones políticas, su misión era atender a sus fieles, lo que lo impulsaba a optar por lo que más los favoreciera.
A partir de 1821 comenzó a ser el puente entre América y Roma e impulsó el entendimiento entre la Santa Sede y la República. Por su intermediación fueron nombrados los primeros obispos de la América independiente; se alcanzó un arreglo pacífico de los asuntos eclesiásticos perturbados por la política; y finalmente, fueron aceptadas las nuevas repúblicas por parte de Roma.
Corría el año 1813, firme en sus convicciones, Lasso de la Vega es compelido por la Junta Patriótica a irse de Bogotá, y regresa a Panamá, donde aún es reconocida la autoridad del Rey de España. González, H. (1997), en esta ciudad fue reintegrado a los oficios propios de su condición y designado como Chantre de la catedral. Este cura de vasta formación intelectual, férrea determinación y fidelidad al Rey, es enviado a regentar el Obispado de Mérida en la Provincia de Venezuela. Su misión es defender los derechos del Rey en América, manteniendo vigente el universo simbólico que legitima su autoridad y el orden colonial.
En este orden de ideas, según Durkheim (1992), el 19 de octubre de ese mismo año llega al puerto de Maracaibo aquel hombre que, según Labastida, usaba su capa de terciopelo color paja seca, colocada sobre el suelo, para descansar su cuerpo y, además, había desarrollado en sus rodillas unos “espolones” que se hacían visibles en la superficie de su sotana, como consecuencia de sus largas horas de oración (cf. Labastida, 1958). Lasso permanece en la ciudad portuaria de Maracaibo hasta que recibe las bulas de su nombramiento en el año 1816. Ese año se dirige por tierra hacia Bogotá para recibir su ordenación como obispo.
Es importante destacar algunas de las razones de la deferencia de Fernando VII al solicitar la designación de Lasso como obispo. Más allá del prestigio de su linaje y su densa formación intelectual, Lasso exhibe una pública y manifiesta oposición a los revolucionarios independentistas. Esto último se puso de manifiesto en 1810 cuando, siendo Canónigo Doctoral de la catedral de Bogotá, tuvo lugar el surgimiento de la Junta Suprema de Bogotá, autodefinida como promotora de un movimiento autonomista y precursor de la independencia de América.
La primera medida adoptada por esta Junta Suprema fue exigir juramento de obediencia a nuevo régimen político republicano a todas las personas que desempeñaban cargo de autoridad. A Lasso de la Vega le tocaba comparecer ante ese acto por su condición de miembro del Cabildo Catedralicio. Sin embargo, se negó rotundamente a abjurar de sus votos de fidelidad al monarca español. Por esta posición, la Junta Suprema de Bogotá le señaló por residencia los suburbios de aquella ciudad capital, de donde le estaba prohibido salir. A ese constreñimiento es sometido durante tres años sin que Lasso cambiase de posición.

FUENTE:  http://www.scielo.org.ve/scielo.

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